Han sido más dos años de obras.
Más de dos años de reformas, de enormes reparaciones, de superar innumerables problemas, de ver como desaparecía la fachada del edificio, o aparecían agujeros que nos comunicaban las viviendas de al lado y con la de abajo. Cascadas de agua que inundaban la obra... Paredes que se caían... Y momentos de total desesperación.
Y sumado al esfuerzo de equipo, requería un enorme trabajo de detallada restauración. Para poder recuperar cada ladrillo, cada viga, cada ventana. Para recuperar cada herraje, cada manivela. Para poder hacer que volviera a nacer la esencia de aquella pequeña vivienda de más de 100 años de antigüedad.
Luego, poco a poco, se añadieron comodidades y un cuidadoso diseño guiado por una artista local: Catalina Arribas (https://instagram.com/c_dearte?utm_medium=copy_link) Incluso realizó una pequeña joya en forma de mosaico con antiguas monedas en desuso.
Ahora estamos felices de poder disfrutarla y de poder compartirla.
Y empezó lo que se pensaba sería una sencilla reforma.